Albóndigas de

Cheetos® Crunchy

Untar una olla grande con aceite de oliva. Agregar el tocino a fuego medio y cocinar de 6 a 8 minutos.

Agregar 4 cebollas (cortadas en cubos de 1 cm), 4 dientes de ajo (aplastados y picados finamente) y una pizca de pimienta.

Aliñar con harta sal y cocinar hasta que las cebollas se suavicen agitando frecuentemente.

Agregar los tomates con 2 tazas de agua.

Agregar hasta una taza más para darle consistencia mientras se cocina. Aliñar con sal. Cocinar la salsa de 2 a 3 horas, revolviendo ocasionalmente.

Untar una sartén para saltear grande con aceite de oliva, agregar 2 cebollas (cortadas en cubos de 1 cm) y poner a fuego medio-alto. Aliñar generosamente las cebollas con sal y cocinar hasta que se suavicen.

Agregar 2 dientes de ajo picados finamente y una pizca de pimienta. Saltear otros 2 a 3 minutos.

En un tazón grande, revolver el vacuno, la ternera, el cerdo, los huevos, el parmesano, el perejil y 5 tazas de Cheetos® triturados. Aliñar con sal. Revolver la mezcla con las manos. Agregar las cebollas y aproximadamente media taza de agua. Volver a revolver la mezcla (tiene que quedar húmeda).

Precalentar el horno a 230 °C.

Con las manos húmedas, moldear la carne en albóndigas un poco mayores que una pelota de golf. Pasar cada albóndiga por las 5 tazas de Cheetos® Crunchy triturados. Freír en abundante aceite las albóndigas hasta que estén oscuras y crujientes. Poner en una bandeja y al horno 10 minutos.

Cocinar las albóndigas en la salsa de 15 a 20 minutos o hasta que la salsa se adhiera a las albóndigas.

Poner las albóndigas en un plato y cubrirlas con salsa. Encima añadir ricotta y pepinillos cortados en cubos.

Espolvorear con lo que queda de Cheetos® Crunchy en polvo y cebollín.